domingo, 5 de septiembre de 2010

¡Despierta!

Despierto, me estremezco, abro los ojos lentamente, me desperezo, todo parece un poco confuso, alcanzo a ver vagamente un calendario en la penumbra de la noche, no consigo distinguirlo bien, tan solo una fecha, ¿2010?, ¿qué ha pasado?, no recuerdo nada, me siento a los pies de la cama, intento aclarar mis ideas mientras aguanto el peso de mi cabeza sobre mis manos, demasiada confusión, todo es caótico, una autopista en hora punta sin sentido ni dirección, un conglomerado de sentimientos enfrentados que usa el caos como amalgama. Me estremezco un sudor frio recorre mi nuca, siento algo familiar, ¿me llaman?, me giro y ahí lo veo firme e impasible al otro extremo del lúgubre cuarto, parece observarme, un polvoriento y mohoso espejo, parece llevar toda una vida ahí y a la vez como si por arte de magia acabara de aparecer, doy un paso hacia él, de repente el corazón se me acelera, doy otro y el corazón parece querer salir volando, ¿que es este sentimiento, ¿miedo?, quizás, pero me resulta familiar. No me atrevo a acercarme más, me mantengo quieto observándolo, calculando mi próximo movimiento pero lo cierto es que no soy capaz de moverme, empiezo a entrever algo entre el polvo, debo estar soñando unas letras se van dibujando sobre la capa de polvo, LOS HEROES NO LLEVAN CAPA, corro, me acelero y las borro arrastrando mis manos sobre el cristal, tras mi mano aparece algo que me estremece aun mas, tembloroso aparto mi mano del espejo y alcanzo a ver una mirada.


- ¿Quién eres?
- Lo sabes muy bien
- ¿Qué haces ahí?
- Tú me encerraste aquí, solo espero que me liberes
- ¿Yo?, ¿liberarte?, ¿por qué?
- Solo tú puedes hacerlo
- ¿yo?, ¿que tengo yo que no tenga otro?
- VALOR, pero lo has olvidado


Doy un paso hacia delante, la ideas se empiezan a aclarar en mi mente, encajando como piezas de un puzle, consigo dibujar una cara, reconozco esa mirada es la que me está observando.


- ¡Te recuerdo!, ¡Si te libero me harás daño!, ¡siempre lo haces!
- ¿no te das cuenta que las cadena que empiezan en mis pies acaban en los tuyos?


Me estremezco, las palabras parecen luchar por salir, cuesta, cuesta mucho pero...


- ¿QUE TENGO QUE HACER?


Su voz se torna familiar, es agradable escucharla, incluso reconfortante.


- Cierra los ojos, respira profundo, piensa en algo mas allá de tus cadenas, da un paso, otro, olvida tus cadenas, sigue pensando, notas como tus pies se hacen más ligeros, empiezas a correr, ¿lo sientes?, puedes volar, siempre tuviste la llave, pero no encontrabas la puerta. Me marcho amigo, ahora eres libre y yo también. ¡DESPIERTA!


Despierto, ¿todo ha sido un sueño?, noto algo en mi mano, un pequeño trozo de papel arrugado, hay algo escrito en el:


QUIEN NO ARRIESGA NO GANA


Nota: Dedicado a quien me recordó lo que había olvidado

4 comentarios:

  1. me encanta!!! además estoy totalmente de acuerdo contigo, pienso que aunque nos cueste a veces es muy importante arriesgar.

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  2. A veces es difícil decidir si arriesgarse o no... hay que dejar pasar un tiempo antes de tomar ciertas decisiones, ya que si nos precipitamos y no estamos preparados el resultado estará decidido antes de empezar.

    Es dificil arriesgar? Es cierto, pero a veces también nos volvemos ansiosos y nos cuesta trabajo esperar. Incluso nos puede dar miedo dejar pasar el momento y perder la oportunidad.

    Hay que saber elegir el momento apropiado.

    Aprovecho para incluir una de mis frases favoritas:
    "...El momento apropiado es cualquier momento que uno aún tiene la suerte de tener... ¡Vive!"

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  4. Gran aportación Angie! Muy buena frase, me encanta, no la conocía.

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