viernes, 8 de octubre de 2010

A la deriva (Pasos - Capitulo cinco)

Llevo ya varias horas remando y no parece que me acerque a mi objetivo. El cansancio hace ya acto de presencia y cada vez se hace notar mas, el sudor gélido recorre mi cuerpo en la noche y las pocas formas que divisa mi vista en la noche juegan a enturbiarse, duplicarse y vuelta a empezar, a veces incluso la luna parece abandonarme en mi viaje volviendo la noche mas oscura si cabe, haciendo mi soledad aun mas pesada. Siento los músculos caliente y la mente bloqueada, me detengo, cojo aire y decido dejar de remar, decido echarme a dormir. Tendido en la barca, mientras las imágenes de amigos que ya no están recorren mi mente, el sentimiento de nostalgia me inunda y entristece. Dejo que el sueño se apodere de mi, dejo mi existencia a la deriva. Mañana será otro día, mañana habrá otra orilla hacia la que remar.

2 comentarios:

  1. ¿Por qué te empeñas en remar? ¡Vuela, amigo, vuela!

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  2. Olvide las alas en algún lugar, o quizás me las robaron, lo cierto es que cuando intento levantar vuelo caigo. Remo, ando, corro y lo que haga falta intentando encontrar esa corriente de aire que me haga planear, las ostias de los intentos son solo cicatrices que me recuerdan porque nunca paro de intentarlo

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